Manaos es una isla en el medio de la selva.
Todo lo que necesitan sus dos millones de habitantes se transporta en barco desde el Puerto de Belén que se encuentra a 1.600 kilómetros al este sobre el Río Amazonas. La agricultura local tiene un impacto ambiental inmediato, reduciendo los costos energéticos de un transporte que debe viajar desde tan lejos. Más aun la agricultura biológica ya que no necesita fertilizantes que también tienen que ser transportados desde Belén.
Desde 1967, la economía de Manaos se basó en su Zona Franca, en la que se podía producir con importantes exenciones fiscales. Con la crisis generada por la competencia china, la agricultura también se está volviendo uno de los sectores con mayor potencial de desarrollo. En este caso, economía y ambiente se encuentran alineados.
Cultivar en la Amazonia, de todas maneras, representa un desafío. El estrato fértil es muy delgado y requiere técnicas específicas que la Escuela transmite a sus estudiantes. Mira aquí y aquí el documental que la TV Globo realizó sobre los experimentos de cultura orgánica en la Escuela Agrícola.
En ausencia de perspectivas de trabajo local, la mayor parte de los jóvenes en la zona rural ve a la ciudad como única posiblidad para mejorar las propias condiciones de vida. A pesar de la economía estancada, la inmigración interna sigue siendo fuerte y las favelas se agrandan.
Ofreciendo una perspectiva profesional y económica a los jóvenes, la Escuela combate este proceso de desarraigo.